Una de las mejores opciones es una pieza de fruta (la clave está en la variedad!)
Y la puedes acompañar de:
Lavamos las frutas y las troceamos. (cantidades acordes a los comensales)
Colocamos toda la fruta en un bol y lo rociamos con el zumo de limón. De esta forma evitaremos que la fruta se oxide mientras la terminamos de preparar y servir.
Añade algunas hojas de menta picadas y mezcla.
Cubrimos el bol con un film transparente y refrigeramos por media hora (opcional)
Llegado al momento y a la hora de servir, añade canónigos (o la hoja de tu preferencia), unos trocitos de queso azul y los huevos duros picados.
Añade todos los ingredientes en una procesadora y mezcla bien hasta obtener la consistencia de masa para crepes.
Rocía una sartén antiadherente con un poco de aceite. Calienta la sartén a fuego medio-alto.
Cuando la sartén esté caliente, vierte la masa y extiende rápidamente (y con mucha delicadeza) con el dorso de una cuchara de metal para formar un círculo (idealmente de poco grosor).
Deja que se cocine por ese lado hasta que esté ligeramente dorada. Dale la vuelta con cuidado y cocínala por el otro lado.
Repite el proceso con el resto de la masa, añadiendo siempre un poco de aceite para que no se pegue.
Las semillas de chía absorben mucho líquido, sobre todo si dejas reposar la mezcla. Es mejor preparar la masa justo antes de hacer los crepes. Si ves que se espesa la masa mientras cocinas, añade un poco de agua para diluirla.
La cantidad de crepes varía según el tamaño de la sartén.
Para el relleno… usa tu imaginación! queso, aguacate, jamón, salmón, atún, tomate…
Acompaña estos crepes con un tomate troceado.
Lo primero será lavar bien las patatas bajo el grifo. Preparemos una cazuela grande y pondremos abundante agua y sal para hervirlas.
Después, debemos dejarlas enfriar para poder manipularlas sin quemarnos y que no se deshagan al cortarse.
Las cortaremos por la mitad de forma longitudinal, teniendo especial cuidado de que no se nos desprenda la piel.
Para el relleno:
En un bol mezclaremos el atún, con aceite, el queso rallado, la salsa de tomate y el perejil fresco.
Mediante la ayuda de una cucharilla de café iremos vaciando cada una de las mitades de las patatas, manteniendo una pared de medio centímetro aproximadamente. Incorpora esa patata a la mezcla que antes hemos retirado.
Engrasaremos con aceite de oliva una fuente e iremos colocando las patatas y a la vez las iremos rellenando y rallando un poco de queso por encima.
Gratinaremos las patatas durante unos doce o quince minutos a 200 grados en el horno. (hasta que se dore el queso!) sirve con perejil picado.
Acompaña estas patatas con una buena ensalada verde.
OPCIÓN VEGETARIANA: cambiar el atún por huevo
Salteamos dos puñados de cebolla picada hasta que esté transparente. Después, añadimos el calabacín (previamente cortado en laminas finas) y dejamos que se dore por ambos lados.
Por último, cubrimos con una capa de queso rallado, taquitos de jamón y tomillo. Ponemos la tapa a la sartén y bajamos el fuego.
Servimos acompañado de un puñadito de arroz o quinoa y un tomate troceado.
OPCIÓN VEGETARIANA: cambiar el jamón por tofu, seitán o heura
Tan fácil como enjuagar bien las conservas y montar tu plato.
Recuerda equilibrar bien tu ensalada: una cucharada sopera (se generos@) de arroz integral, otra de lentejas y otra de hummus.
4-5 cubitos de queso feta. El tomate, la remolacha y las alcachofas… A GUSTO! Trocéalos y monta tu ensalada. Termina con un chorrito de aceite de oliva, pimentón dulce y pimienta.
OPCIÓN VEGETARIANA: cambiar el pavo por tofu, seitán, soja texturizada o heura
En una sartén antiadherente, pon unas gotas de aceite (lo mínimo para que no se pegue).
Exprime medio limón en el salmón y ponle las especias que más te gusten: pimienta, hierbas provenzales, ajo en polvo…
Haz el salmón a la plancha al punto que más te guste.
En una sartén, saltea las verduras.
Cuando esté todo listo, emplata y disfruta un plato completo y nutritivo.
OPCIÓN VEGETARIANA: Cambia el salmón por seitán